Ardía con fuerza el fuego sobre nuestras cabezas, arrasando con todo aquello con lo que se encontraba, mientras abrasaba nuestros rostros con su calor.
-No mires arriba
Dijiste oprimiendo mi rostro con fuerza contra tu pecho mientras envolvias mi cuerpo con tus brazos.
Y sentí que no solo era aquello lo que ardía; también había un fuego en mi interior, una llama imposible de apagar, encendida en mi corazón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
o.O no me enteré de es texto tuyo...
ResponderEliminaralmenos decirte que me encanta :3