miércoles, 28 de octubre de 2009

Fiesta de máscaras

Nunca pensó que una decisión tan simple pudiera llegar a valer tanto.
Era un día como otro cualquiera. Él se encontraba en una fiesta de máscaras, la típica fiesta a la que la gente no va por otra que cosa que buscar un 'ligue fácil'.
Había mucha gente, mas de la que se esperaba. -¿Cual de todas estas damas va a ser la víctima de mis encantos?- se dijo a si mismo. Recorrió la sala rápidamente con la mirada hasta que sus ojos fueron a parar hacia una muchacha joven que llevaba una máscara blanca. Se acercó hacia ella, y poniendo toda su maña en sus palabras, consiguió que la muchacha sintiera curiosidad (mas bien, interés) hacia él.
Antes de intentar llevar su relación al siguiente punto, el cual se trataba de; salir de la fiesta, charlar un poco mas en la intimidad, y seguidamente, ir a su casa; le hizo una última pregunta:
-¿Como es el aspecto que escondes tras la mascara?
Ella era una joven a la cual le habían enseñado a no mentir, por lo cual contesto con toda sinceridad, incluso mas de la necesaria. Confesó que su piel era pálida como la cal, sus ojos tristes, sus labios secos y rugosos, y su cara se mostraba mas envejecida de lo normal para la edad que tenía.
El hombre, al oír esto, no hizo otra cosa que inventarse cualquier escusa para alejarse inmediatamente de ella y no volver a verla mas.
A ella no pareció importarle en absoluto la situación, pues siguió igual que se encontraba antes de ser interrumpida por ese bribón.
Él se acercó hacia otra muchacha, de cabellos largos y ondulados y de curvas perfectas atrapadas dentro de un ceñido vestido rojo.
Uso el mismo método que con la mujer anterior y consiguió los mismos resultados, solo que al llegar a la pregunta, la mujer hizo una respuesta totalmente contraria. Le dijo que tenía los ojos mas bellos que podían haber, la piel joven y tersa como la de un niño, y unos labios carnosos y femeninos que enamorarían a cualquier hombre que los viera.
El hombre, asombrado por la descripción, le propuso ir a su casa y tomarse allí otra copa (este era el plan que efectuaba con todas las mujeres que le interesaban). La mujer aceptó, pero con la condición de no quitarse la máscara hasta estar a solas.
Ambos fueron hablando y bebiendo, mientras él solo esperaba impaciente a ver su rostro de una vez por todas. La joven al fin aceptó.
Fue quitándose poco a poco la mascara, hasta mostrar un aspecto que él nunca se habría esperado. Era el mismo rostro del diablo.
El hombre, al haber visto el resultado de su estúpida y superficial decisión, se dio cuenta de lo que realmente importa en la vida, lastima que para él ya fuera demasiado tarde.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Derrotada,

-¿Algo que decir antes de que yo vuelva a llenar tu vida de tristeza y sufrimiento?

-Si: ya no creo en ti, Amor.








lunes, 12 de octubre de 2009

Inmortal

Inmerso en la profunda oscuridad de mi habitación, contemplaba en silencio un espejo, en el cual no conseguí hallar ningún rostro. Continué inmóvil y callado durante unas horas, pero apesar de todo el dolor que sentía dentro, no salió ni una lágrima de mis ojos.
-Es normal- pensé- los monstruos no lloran.
Pues hacía tiempo que yo había dejado de ser una persona normal y corriente.
Los humanos somos débiles e idiotas. El día que me ofrecieron la inmortalidad, no me lo pensé dos veces, acepté sin más. Nunca pensé que me acabaría arrepintiendo. Y ahora, estoy completamente solo. No tengo familia ni amigos, solo me queda el horrible recuerdo de haber presenciado la muerte de todas las personas a las que quería. Pero hoy mi soledad llegaría a su fín.
Abrí un poco la ventana, dejando un pequeño hueco por el cual se veía el exterior.
Mientras mi mano sostenía una pequeña y puntiaguda estaca de madera, mis ojos contemplaban, ensimismados, la apuesta de sol. Sin apartar la mirada de ella, clave la estaca en mi pecho con todas mis fuerzas hasta atravesarlo.
La sangre empezó a brotar de mi interior. Pasé la yema de mis dedos sobre la herida, unté mis labios de sangre y los relamí.
-Deliciosa.
Fue la última palabra que dije mientras mis colmillos empezaban a aparecer, y mi vida, a evaporarse.



12 de Octúbre del 2009
Elisabet Alcantara

jueves, 8 de octubre de 2009

Dame una oportunidad, y sabrás lo que siento,
Pero nadie quiere hablar con quien vive de lamentos

Es como me siento, es como soy yo;
Inútil, idiota, sabes que tengo razón

Porque, ¿quien iba a querer a un ser sin corazón?

Me encerrare de nuevo en mi burbuja,
seguiré tragándome mi dolor
siento como arde el fuego dentro,
Siento que ya no tengo corazón.

Volveré a desaparecer,
a ocultar lo que siento.
No quiero ser una carga,
no quiero aburriros con lamentos


Intento rectificar mis errores,
Hay tantas cosas de las que me arrepiento,
Me arrepiento de ser una carga,
Que me existencia sea algo molesto


Esconderé mis sentimientos bajo llave,
En los mas profundo de mi corazón
No quiero causar preocupaciones,

Me tragare yo sola todo mi dolor.

Ni me quieres tú, ni me quiero yo.




miércoles, 7 de octubre de 2009


El amor es una mentira; que el iluso desea y el idiota cree.