domingo, 20 de diciembre de 2009

De Carlos Guillot Ortizá

Camino sola, y algo cansada, mi alma, no repara en descansos, trato de olvidar, lo que un día, me hizo recordar sensaciones, expulsadas de mi alma, que por miedo a herirme, rechazé, alejé, y marginé de mi vida, pero llegastes, tu..., y ahora, huyo, de ti, no quiero dañar mas mi corazón, roto, y dolido corazón, una farola, ilumina una parte del camino..., descansaré solo un poco, no podrá alcanzarme, le saco bastante ventaja, mis parpadeos, cada vez, son mas y mas lentos, mientras que de fondo, oigo una dulce voz...
Muerte, ¿eres tu?, pregunto con el corazón en la mano, a lo lejos de la calle, consigo distinguir, una sombra, humana, o, almenos, lo aparenta, la dulce melodía, probiene de su boca, las sombras, se hacen mas y mas espesas, tengo miedo, y de fondo, tu cara, aparece, si dudar, ¿que haces aquí?, ¿porqué me has seguido?, no me respondes ¿eh?, ¿te crees alguien ignorandome?, cuando alzaste la mirada, tras la capucha conseguí ver, la reluciente sonrisa, y los ojos color fuego, de alguien, ¿de que me suenan a mi esas facciones?
Es como si ya las hubiese visto antes, derrepente, un suspiro, frío, y desalentador, me hace recordar quien es, la muerte, vestida de ti...
Trato de huir como puedo, pero es mas veloz que yo, entre una risa maligna, y una mirada de reojo, consigo ver su guadaña, abalanzandose como un rayo ante mi, y cuando su hoja tocó mi cuello, caí al suelo, y todo fue oscuridad...
Abrí los ojos asustada, pero, no, no estaba muerta, solo fue una pesadilla, pero se, que aun, puedo sentir, el aliento frío y dealentador de la muerte en mi cara, la he mirado mas de una vez a la cara, pero siempre he salido con vida, y las dos sabemos, que, aun me queda mucho por vivir, no me voy a desesperar, por una maldita pesadilla, ahora, seguiré huyendo, corriendo, hacia ningún lugar, tratando de esquibar, todo, lo que un día me hizo feliz, todo lo que un día me hizo tener, el sueño de una chica, que se quedó dormida ante la única farola del lugar...
Aquella farola, donde la muerte me consiguió sonreír, cara, a cara...
Yo soy aquella chica, que aun aguarda la muerte sentada en ese lugar...





Carlos Guillot 20/12/2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

Ohne dich.



Me diste un siempre,
y ese siempre se convirtió en un frío adiós.
Me diste un sonrisa,
que hoy no es mas que una triste lágrima.
Me diste un beso,
que ahora no es mas que un borroso recuerdo.
Te di mi corazón,
y ahora no es mas que ceniza.

Cada sensación,
cada recuerdo,
cada palabra de amor que tú me diste,
la guarde bajo mi pecho,
en lo más ondo de mi corazón.
Hoy no es mas que ceniza,
ceniza del pasado.

Soltaste mi mano,
para siempre,
y desde entonces olvidé lo que era la felicidad.
lo que era el amor,
y el sonido de dos corazones latiendo al mismo tiempo.

Me escuece.
Me escuece tu recuerdo,
tu mirada,
tus abrazos,
tus palabras.

Me duele.
Me duele el corazón,
de tanto amarte,
de tanto sufrir.

Lloro.
Saco el dolor de mi frío corazón;
roto,
gastado,
aplastado.

Y de todo esto no solo me llevé dolor
también una valiosa lección;
no ames nunca
por te causará dolor,
y el dolor será tu única recompensa.



The love killed me

domingo, 6 de diciembre de 2009

Injusticia

Para él, ella era como el mundo; mejor dicho, era su mundo. Hizo todo lo que pudo, dio todo lo que tenía para hacerla feliz. La quiso todo lo que una persona puede querer a otra, o incluso más, hasta el día que acabó arrepintiéndose por todo ello.
Y, mientras llora para expulsar todo el dolor que le invade, ella seguirá rompiendo corazones cual si fueran pompas de jabón, y así seguirá hasta que se dé cuenta de todo lo que perdió.

No hay nada mas injusto que; que el mas grande amante haya querido a quien no sabe amar.